Mas quisiera que en su andar,
Mas allá de su ropaje,
Ande el caminante en su pesar,
Herido de armas punzantes.
Donde hace llaga el dolor,
Y las penas recorre con ardor.
Sostiene el débil la mirada;
Mientras acosa el traidor.
Mientras la niebla lo tapa,
Cada segundo que pasa,
Agazapado en su trinchera,
Sale el bárbaro a a su guerra.
Refugiándose de penas,
Con su espada radiante.
Va seguro el caminante,
A seducido al arrogante...
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